Los tres mosqueteros. Alejandro Dumas

Título: Los tres mosqueteros.
Autor: Alejandro Dumas.
Año de publicación: 1844.
Número de páginas: 565
Sinopsis:
Durante el reinado de Luis XIII, en 1625, D'Artagnan, un joven de provincias, viaja a París para presentarse al señor Tréville, capitán del Cuerpo de Mosqueteros del rey. Durante su viaje, conocerá a Athos, Porthos y Aramis, tres valientes mosqueteros, con los que vivirá mil peripecias, siempre en pugna con los guardias del cardenal Richelieu y sus maquiavélicos planes. El amor de D'Artagnan por Constance Bonacieux, camarera de la reina Ana de Austria, da origen al episodio central de la novela, seguido de otros llenos de intrigas, pasiones, hechos de armas y aventuras en una de las épocas más interesantes y conflictivas de la historia de Francia.


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Lo maravilloso de esta novela es que, como suele suceder, muestra mucho más allá de lo que se ha visto en las múltiples adaptaciones cinematográficas. Leer la historia de los mosqueteros no es solo leer la historia del rescate de los herretes de diamantes de Ana de Austria. Las intrigas palaciegas y las maquinaciones dan para una segunda parte de la novela y eso es un punto a favor. Además, el ritmo es ágil, por lo que aunque de primeras lo parezca no se hace tedioso.

Los personajes son maravillosos pero, mirándolo de nuevo con los ojos del espectador de la gran pantalla, decepcionan. Pero esta decepción no resulta penosa, todo lo contrario, se nos acerca a unos personajes mucho más humanos y, por tanto, reales. Atrás queda en este libro el famoso Todos para uno. Los problemas por los que pasan nuestros protagonistas hacen que vivan muchas de sus aventuras por separado que, incluso, lleguen a abandonarse o a reprocharse. Algo que de verdad me sorprendió. Por supuesto que se aprecia a la perfección la camaradería y la hermandad, pero creo que mitificamos demasiado la famosa coletilla que, además, tampoco se repite tanto en el libro como cabría esperarse.

D ́artagnan me decepcionó como jamás creí que lo haría. Es un personaje ingenioso y astuto, que sabe manejar su ambición para lograr los objetivos que tiene. Bien. Pero a la vez es un ingenuo y un bobalicón que deja arrastrar demasiado por sus sentimientos.

Athos es un personaje que las mata callando. Serio, comedido, astuto y brillante. Del que mejor imagen me llevo. Sus frases suelen ser lapidarias y es el personaje que considero más se desarrolla a lo largo de la novela, del que mejor conocemos su pasado y, por eso mismo, con el que más podemos conectar.

Aramis y Porthos pasan por el libro sin pena ni gloria. Aramis como el lado filosófico y más regio. Porthos -en palabras de Milady- es un tonto, un fatuo y un necio. He de decir que de Aramis me entusiasmó la capacidad que tiene de jugar con las palabras (SPOILER cuando debe enviar cartas a sus aliados para informar sobre sus enemigos sabe escribir en un tono tan adulador que esconde con maestría sus verdaderas intenciones por si llegan a ser interferidas FIN SPOILER).

Me gustó el tratamiento que se le ha dado a la figura del criado. No dejan de ser sirvientes y se les trata como tal, pero se les da a la vez una posición de compañeros. Se les da durante la segunda parte un papel -me atrevo a decir- protagonista. Y lo digo porque sin ellos no se hubieran desarrollado las cosas como debían (no quiero hacer spoiler).

A la hora de hablar de los personajes femeninos no puedo hacer más que sentir pena. Es comprensible el tratamiento que se hace de ellos teniendo en cuenta la época en la que fue escrito, pero no por ello puedo sentirme menos irritada.

Primero Ana de Austria, quien cobra especial importancia en la primera parte -obviamente- y se convierte en un personaje secundario -aunque con un papel vital en el desarrollo de los hechos- durante la segunda. Por Helena ardió Troya y por Ana se desarrolla el conflicto entre el Duque de Buckingham y el Cardenal Richelieu (en este caso cambiamos Troya por La Rochelle). Una mujer perdida por el amor de un hombre, maltratada por no entregar su amor a otro y menospreciada por el que era su marido.

Después la señora Bonacieux. Este personaje me entusiasmó durante la primera parte de la novela. Una mujer leal, decidida, que enfrenta sus temores, eficaz en sus tareas, que no se deja engatusar fácilmente por el supuesto amor que siente por ella D ́artagnan y del que yo no paré de dudar durante toda la obra. La decepción llega en la segunda parte donde pasa a ser la representación del ser puro y angelical, sin malicia, ni sospecha. Alguien que pasa de una mano a otra sin poder salvarse, esperando solo a ser rescatada y no siendo capaz de ver los peligros que la acechan.

Por último, Milady o Lady de Winter o todos los nombres con los que se la conoce en la novela. Este personaje se ha convertido en uno de mis favoritos. Un mujer intrigante, misteriosa, manipuladora, maquiavélica. Es capaz de salvarse a sí misma. Tiene ingenio y astucia. Sabe estudiar a los demás y controlar así sus emociones. Cosas que me han cabreado de su tratamiento en la obra:
  1. Es menospreciada por su ambición. Cosa que no entiendo, ahí todo el mundo es ambicioso, pero cuando ella lo es se la tacha de arpía.
  2. La castigan por querer hacerse valer en un mundo de hombres. Sí, es una terrible persona, lo reconozco. Maneja a todo ser viviente a su antojo para poder cumplir con sus deseos, sí. Pero esto también lo hace el cardenal del que no voy a hablar porque para mí no ha sido tan importante en realidad y a él le tachan de gentilhombre. Logica not found.
  3. Parece que se ha convertido en la serpiente que manipuló a Adán y Eva. En numerosas ocasiones se la compara con el diablo. En esta obra, o la mujer es pura o inocente o pasa a ser Satán. No hay término medio. 
  4. Los hombres pueden pasar de ser bravos a llorar a moco tendido -si ella hace esto, solo busca montar un buen espectáculo para sus maquinaciones-, pueden matar y ser considerados héroes -ella una asesina- y así podría seguir eternamente.
Así, Milady me parece un personaje maravillosamente complejo al que amar y odiar a partes iguales.

Dejando al margen este aspecto, Los tres mosqueteros es un obra entretenida que tiene de todo: amor, pasión, intriga, aventura, amistad, guerra, juerga... y un largo etcétera que uno descubre ahogándose en sus páginas. 


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